La pérdida de cabello posparto, también conocida como desprendimiento posparto o efluvio telógeno, es un fenómeno común que muchas mujeres experimentan después de dar a luz. Si bien puede ser alarmante ver que los grupos de cabello se caen, la pérdida de cabello posparto suele ser temporal y se resuelve por sí solo con el tiempo. Esto es lo que necesita saber sobre el comienzo de la pérdida de cabello posparto:
-
Momento: La pérdida de cabello posparto generalmente comienza alrededor de dos o cuatro meses después de dar a luz, aunque puede ocurrir tarde o temprano para algunas mujeres. Este retraso se debe a los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo, lo que hace que el cabello permanezca en la fase de crecimiento (fase de anágeno) más tiempo de lo habitual. Después de dar a luz, los niveles hormonales cambian y más folículos pilosos ingresan a la fase de reposo (fase telógena), lo que lleva a un aumento de la desprendimiento.
-
Extensión del desprendimiento: Si bien el desprendimiento posparto puede variar de persona a persona, es común que las mujeres experimenten más pérdida de cabello de lo habitual durante este tiempo. Algunas mujeres pueden notar grupos de cabello que salen en la ducha o mientras se cepillan, mientras que otras simplemente pueden observar un aumento en el desprendimiento durante todo el día.
-
Duración: La pérdida de cabello posparto generalmente alcanza su punto máximo alrededor de tres o cuatro meses después de dar a luz y puede durar varios meses antes de resolver gradualmente por sí solo. En la mayoría de los casos, el crecimiento del cabello regresa a la normalidad dentro de seis a doce meses después del parto.
-
Causas: Las fluctuaciones hormonales son la causa principal de la pérdida de cabello posparto. Durante el embarazo, los niveles elevados de estrógeno prolongan la fase de crecimiento del cabello, lo que resulta en un cabello más grueso y lleno. Después del parto, los niveles de estrógeno caen, lo que desencadena más folículos pilosos para ingresar a la fase de reposo y posteriormente arrojada. Otros factores que pueden contribuir al desprendimiento posparto incluyen estrés, deficiencias nutricionales y cambios en los patrones de sueño.
-
Gestión de desprendimiento posparto: Si bien el desprendimiento posparto es un proceso natural y temporal, hay pasos que puede tomar para minimizar su impacto y apoyar el crecimiento saludable del cabello:
- Sea suave con su cabello: evite los peinados apretados, el estilo de calor excesivo y el cepillado vigoroso, lo que puede estresar aún más el cabello y conducir a la rotura.
- Mantenga un estilo de vida saludable: coma una dieta equilibrada rica en vitaminas, minerales y proteínas, manténgase hidratado, haga ejercicio regularmente y priorice el sueño para apoyar el bienestar general y la salud del cabello.
- Considere suplementos dietéticos: hable con su proveedor de atención médica sobre cómo tomar suplementos como biotina, vitaminas y ácidos grasos omega-3, que pueden promover el crecimiento y la fuerza del cabello.
- Use productos volumizantes: opte por volumizar champús, acondicionadores y productos de peinado para dar la apariencia de cabello más grueso y lleno mientras su cabello vuelve a crecer.
-
Buscando apoyo: Si le preocupa la pérdida de cabello posparto o experimentar un desprendimiento significativo, no dude en consultar a su proveedor de atención médica o un dermatólogo para obtener asesoramiento y tranquilidad. Pueden ayudar a descartar cualquier problema subyacente y proporcionar orientación sobre cómo administrar el desprendimiento posparto de manera efectiva.
Recuerde que la pérdida de cabello posparto es una fase temporal por la que muchas mujeres pasan después de dar a luz. Si bien puede ser angustiante ver un aumento en el desprendimiento, tenga la seguridad de que es una parte normal de la experiencia posparto y generalmente se resuelve por sí solo con el tiempo. Concéntrese en el autocuidado, los hábitos saludables y la paciencia mientras navega por esta transición, y sabe que su cabello eventualmente volverá a su estado previo al embarazo.